El sorgo es uno de los granos más antiguos conocidos, originarios de África y la India. En todo el mundo se utiliza en productos alimenticios, incluyendo papillas, panes, galletas, y tortillas. Mientras que el sorgo se ha utilizado tradicionalmente en muchos lugares para la alimentación animal, casi el 40% de la cosecha de sorgo mundial está siendo utilizado para el consumo humano. El grano de sorgo está subutilizado en Argentina. La mayor parte de harina de sorgo disponible en el mercado es una harina con características de baja estabilidad y cocción inferiores.
Existe una demanda insatisfecha para exportar harina de sorgo de alta calidad, estable y con bajo contenido de fibra y grasa. El rápido crecimiento demográfico en África origina una creciente demanda de sorgo procesado industrialmente.
Las variedades y color del grano de sorgo varían de tonalidades marrón oscuro a rojo y a blanco, con diversos beneficios y sabores asociados con cada uno. La harina de sorgo blanco usualmente tiene un color claro y sabor neutro. Procesada similarmente a la harina de trigo, la harina de sorgo blanco tiene un sabor suave que puede ser beneficioso porque no añade un sabor desconocido o distintivo.